Madre

Paula Montal

En el siglo XVII, José de Calasanz descubre en la educación de los niños y jóvenes el medio más eficaz para la reforma de la sociedad y crea una escuela nueva, primer modelo en la historia de educación popular, integral y cristiana.

En el siglo XIX, Paula Montal descubre como necesidad urgente de la sociedad de su tiempo la promoción de la mujer, hasta entonces marginada de la cultura Se encuentra con la escuela de Calasanz y, sintiéndose identificada con ella, crea una escuela para la mujer, con rasgos propios y estilo escolapio.

Breve

introducción

Santa Paula Montal fundó la Congregación Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías, (Escolapias). Su espiritualidad y firmeza personal la hicieron una mujer muy avanzada a su tiempo. Esto generó un estilo muy personal de innovación pedagógica constante

En las escuelas ya había aulas especializadas para estudiar a fondo la teoría y la praxis de diferentes disciplinas, como por ejemplo las dimensiones del arte, de la ciencia y de las humanidades, destacando su inquietud por transmitir el amor a Dios.

Paula Montal tenía arraigada una gran inquietud de acompañar a jóvenes en su crecimiento como personas para «salvar el valor de la familia» y rescatar la figura de la mujer para ponerla en relieve ante una sociedad que aún no había asumido este papel. Actualmente Madre Paula es referente de espiritualidad y de innovación pedagógica en todas las escuelas escolapias de todo el mundo. Todas las escuelas celebramos su fiesta el día 26 de febrero de cada año.

Madre

Paula Montal

Santa Paula Montal de San José de Calasanz nació en Arenys de Mar (Barcelona) el 11 de octubre de 1799, en el seno de una humilde familia de cordeleros. Siendo aún niña, a los 10 años, queda huérfana de padre, y como hermana mayor, compagina su trabajo de puntaire para ayudar a la familia, con su vida de oración, amor a la virgen y su apostolado siendo auxiliar del párroco como catequista y organizando actividades de catequesis docente para los pequeños.

Paula Montal constata la falta de medios para el acceso de la mujer a la cultura y la discriminación educativa que vivían las niñas. Y se siente llamada por Dios para esta misión. En 1829 funda en Figueras, su primera escuela, a ésta siguieron las de Arenys de Mar, Sabadell, Igualada, Vendrell, Masnou, Gerona, Blanes…

Totalmente identificada con el carisma calasancio, desde su primera fundación en Figueras quiere vivir la espiritualidad y reglas de San José de Calasanz.

En Sabadell, ayudada por los Padres Escolapios, el 2 de febrero de 1847, ella y sus primeras compañeras profesan como Hijas de María Escolapias. Allí hacen sus votos de pobreza, obediencia, castidad, a los que añaden un cuarto voto de dedicación a la enseñanza.

La Congregación tiene la aprobación del obispo de Gerona el 1851, y la pontificia de Pío IX el 1860. En 1865 las Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías, obtienen la aprobación civil del Instituto por la reina Isabel II. Es la fundadora de la primera congregación femenina española del s. XIX, dedicada exclusivamente a la educación, con un marcado carácter popular.

La finalidad de su misión es “Salvar a las familias enseñando a las niñas el amor a Dios”. Piedad, labores de manos, letras” plasmado en un lema:

PIEDAD Y LETRAS

En sus escuelas, regidas por reglamentos propios, las niñas viven y aprenden “la piedad y las letras“, lema calasancio por excelencia. Es una escuela diferente: Mariana, popular, funcional, flexible y abierta.

Sus maestras se perfeccionan en los métodos “más útiles y sencillos”, hermanando sus deberes con el buen trato, su autoridad con la bondad más exquisita y en sus clases actúan con disciplina preventiva, utilizando medios disciplinarios indirectos.

Tras dedicar sesenta años a la educación integral de la mujer como medio salvador de las familias, el 26 de febrero 1889 muere en Olesa de Montserrat.

La riqueza de la historia educativa de las Escolapias les ha llevado a buscar una respuesta creativa de futuro.

Madre Paula

es…

  • MUJER:
    • Vivió su realidad de mujer con las carencias y vicisitudes de su tiempo y también con la grandeza y dignidad de su personalidad.

      Está convencida del papel insustituible de la mujer en la familia y en la sociedad. Comprende que el primer obstáculo para responder a esta misión, es la escasa o nula preparación cultural que sufre. Con unos medios precarios y en una coyuntura socio-económica convulsa, entrega su vida a la promoción de la mujer, a su capacitación para responder con eficiencia y dignidad a la alta misión que tiene encomendada.

      Fue, por tanto, una mujer que conoció las dificultades y trabas que en su época, y aún hoy, encuentra la mujer. Creyó en la igual dignidad del ser humano, sea hombre o mujer, y se negó al conformismo de aceptar, sin más, la marginación femenina.

      Paula Montal destaca como mujer y en su obra pone en juego todas sus potencialidades femeninas.

  • MAESTRA:
    • La vocación educadora de una persona nace en el interior y cuando se vive como regalo, fluye natural y transparente en la docencia de cada día… 

      Dicen sus biógrafos que tenía una cualidad innata para educar  a las niñas. Su cercanía, su amor entrañable a las alumnas, su dedicación plena a la educación, hacen de Paula un modelo acabado de maestra cristiana, organizada, responsable, respetuosa con las niñas y con el rigor de la verdad, exigente en la preparación, ordenada en la exposición. 

      Ejerció como maestra toda su vida y dejó a las Escolapias, en las normas y reglamentos propios, una manera de hacer clara y sencilla de la mejor pedagogía. El trato exquisito a las alumnas, la participación activa de las niñas en su proceso formativo, la colaboración con las familias, la formación profunda del profesorado, la calidad de contenidos, lo ambicioso de la formación integral que propugnaba, no son sólo elementos actuales, sino los caracteres propios y genuinos de la pedagogía de Paula Montal, puestos en práctica desde el año 1829.

  • ESCOLAPIA:
    • Paula Montal quiso siempre ser maestra, promocionar a la mujer. Cuando  ya llevaba varios años en la brecha, encontró y reconoció en sí misma una sintonía total con la obra calasancia. Paula Montal se identificó con ella  y tuvo la nobleza y la sensatez de querer para su congregación la misma espiritualidad y constituciones de Calasanz. Le interesa, sobre todo, llevar a cabo su objetivo concreto y preciso de  educar a las niñas para: «Salvar las familias…» (ayudarlas a crecer,) y cuando comprende que son un medio adecuado para realizar su proyecto, las acepta sin titubeos.

      Vivió y luchó para que su Instituto fuera un reflejo fiel de la Escuela Pía. Quiso con obstinada obsesión ser Escolapia, porque así se cumplía, en plenitud, esa llamada precisa de Dios a «Salvar las familias enseñando a las niñas…».